Τετάρτη 11 Μαΐου 2016

La disfunción tiroidea en los diferentes momentos de la vida de la mujer

La glándula tiroides es un órgano especialmente importante pues está vinculado con el funcionamiento de gran parte del organismo. En el caso de las mujeres, además, está ligada a su ciclo reproductivo, es asi qué el índice de disfunción tiroidea aumenta durante tres fases especialmente importantes: el embarazo, el postparto y la perimenopausia. Ese riesgo se verá incrementado si existen antecedentes familiares o factores medioambientales desencadenantes (deficiencia de yodo, por ejemplo).

Si una mujer está planificando un embarazo se recomienda una revisión de la glándula tiroides para que, en caso de detectarse alguna disfunción, inicie el tratamiento antes de que la gestación se produzca. Además, como durante el embarazo la tiroides materna normal aumenta su función y los requerimientos de yodo en un 50% es necesario asegurar las cantidades suficientes de este nutriente desde que se planifica un embarazo hasta finalizar la lactancia.

Tanto la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición como la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia coinciden en la importancia de realizar un análisis de TSH a todas las mujeres embarazadas lo antes posible. Lo recomendable es realizarlo antes de la semana 10 de embarazo. Una vez que nazca el bebé la prueba de sangre del talón permitirá comprobar si existe hipotiroidismo congénito, cuyo tratamiento precoz evitará consecuencias graves como retraso mental o retraso de crecimiento. La Organización Mundial de la Salud, la American Thyroid Association y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición recomiendan dar suplementos con yodo a las embarazadas y durante toda la lactancia ya que incluso en países desarrollados hasta un 40% de las mujeres embarazadas pueden tener deficiencias nutricionales de yodo.

El postparto es otro momento importante en la salud de una mujer debido a los cambios que ocurren en el sistema inmune. La tiroiditis postparto puede darse hasta en un 9% de mujeres durante su puerperio. Un 50% de ellas lo padecerán entre los 3-6 meses después del nacimiento del bebé. Y el 25-30% desarrollará un hipotiroidismo permanente.

Los controles rutinarios son por tanto muy necesarios también en este importante periodo para evitar la aparición de síntomas que dificulten una buena salud y calidad de vida en la mujer.

Coincidiendo con el final del ciclo reproductivo, en la perimenopausia, existe una mayor probabilidad de padecer una alteración de la tiroides. Una de cada ocho mujeres de entre 35 y 65 años puede llegar a sufrir algún problema de tiroides. Pero esta probabilidad aumenta a una de cada cinco mujeres cuando se sobrepasan los 60 años.

Un desorden en la glándula tiroides, incluso puede aparentar un inicio temprano de la menopausia. Dado que a partir de los 40 años el número de casos diagnosticados aumenta, se recomienda comenzar en ese momento a hacer controles periódicos, aunque no se detecten síntomas evidentes.



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